
La Suprema Corte no alcanzó los votos necesarios para invalidar la reforma, asegurando la vigencia del “Plan C” impulsado por Sheinbaum
La defensa de la Reforma Judicial liderada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo logró prevalecer, al no alcanzarse los ocho votos requeridos para su invalidación en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tras siete horas de discusión.
La sesión del Pleno de la SCJN se centró en los capítulos de Legitimación y Procedencia, sin entrar en el fondo de otros temas, como el proceso extraordinario para nombrar jueces y la creación del Tribunal de Disciplina Judicial. La falta de consenso impidió que se abordaran estos aspectos, dejando la reforma en vigor.
“Las reglas del juego no se establecen en plena jugada“, afirmó el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, señalando que la estructura del voto (seis o ocho votos) y el contenido de la reforma deben interpretarse conforme al artículo 105 constitucional.
La ministra Batres Guadarrama defendió la invalidez de las acciones de inconstitucionalidad, argumentando que al mantenerse, la impugnación es posible en un juicio de amparo. Sin embargo, la presidenta de la SCJN informó que, sin los ocho votos, el asunto no avanzaría.
La SCJN también debatió el alcance de las reformas respecto a la cantidad de votos necesarios para invalidar la Constitución. Aunque se discutió si eran suficientes seis votos, los ministros acordaron que para asuntos de invalidez constitucional se requerirían ocho votos, dejando en suspenso la interpretación para futuros casos.
Finalmente, el proyecto del ministro Alcántara Carrancá no prosperó, pues el voto del ministro Pérez Dayán fue clave para impedir la invalidez parcial de la reforma. En consecuencia, la Reforma Judicial, promulgada en septiembre, sigue vigente, con la posibilidad de ser impugnada mediante amparos.